sábado, 9 de octubre de 2010

La Rama Dorada: magia y religión

Frazer en el Capitulo de Magia y religión, comienza señalando las dos ramas de la magia simpatética: homeopática y contaminante o contagiosa. Él dice que siempre que se manifiesta la magia simpatética en su forma pura se da por sentado que en la naturaleza un hecho sigue a otro necesaria e invariablemente, sin la intervención de ningún agente espiritual o personal. Él con esta afirmación entonces compara este concepto fundamental – de la magia simpatética- con el de la ciencia moderna; ya que el sistema entero se entiende como una creencia implícita, pero real y firme, en el orden y uniformidad de la naturaleza.


Él señala dos características más en las que según él es estrecha la analogía entre las concepciones mágicas y las científicas del universo:

• En ambas se supone la sucesión de acaecimientos es regular y cierta, estando determinadas por leyes inmutables que pueden ser prevista y calculada con precisión y los elementos de accidente son proscritos del curso natural.

• Ante ambas, se abre una visión ilimitada de posibilidades para los que conocen las causas de las cosas y pueden manejar los resortes secretos que ponen en movimiento el mecanismo del universo.

El señala ambos elementos para afirmar que de ahí la fuerte atracción que la magia y la ciencia han ejercido sobre la mente humana; de ahí su aporte a la sabiduría. Por otra parte Frazer dice que sí la magia es tan afín a la ciencia, que se puede decir de esta respecto a la religión. Él dice en primer lugar que la visión que tengamos de esta relación estará sesgada por la idea que tengamos de la religión misma. El define la religión como una conciliación de los poderes superiores al hombre, que se cree dirigen y gobiernan el curso de la naturaleza y de la vida humana; por lo que para él esta vendría a tener dos elementos, uno teórico y otro práctico; una creencia en poderes más altos que el hombre y un intento de éste para propiciarlos o complacerlos; es decir una creencia en seres sobrehumanos que rigen al mundo y una existencia de pretensión en ella de atraer su favor. En ese sentido, se deduce de ello que el curso de la naturaleza es variable y que nosotros podemos inducir a los seres que lo gobiernan a que desvíen en nuestro beneficio los hechos. Siendo esto así dice él, entonces la religión se vendría a oponer a los principios de la magia y a los de la ciencia.

Una primera aproximación que Frazer hace a una conclusión es que la consideración de las nociones mágicas y religiosas fundamentales puede inclinarnos a deducir que la magia es más antigua que la religión en la historia de la humanidad. Esto lo argumenta al señalar que por un lado, la magia no es más que una equivocada aplicación de los procesos de la inteligencia, y que por otro lado, esta presupone la acción de agentes personales y conscientes, superiores al hombre, tras lo visible de la naturaleza. Él, lo dice así: “Si en los más retrasados grados de sociedad humana que nos son conocidos encontramos la magia tan visiblemente presente y la religión tan por completo ausente, ¿no podemos conjeturar con razón que las razas civilizadas del mundo también hayan pasado en algún período de su historia por una fase intelectual parecida y que intentasen forzar los grandes poderes de la naturaleza para hacer su gusto antes de que pensaran solicitar sus favores por la ofrenda y la oración? En suma, así como en el aspecto material de la cultura humana ha habido en todas partes una edad de la piedra, ¿habrá habido también en todas partes, en el aspecto intelectual, una edad de la magia? Hay razones para responder afirmativamente a esta pregunta” (Frazer, 1922: 79)

El razonamiento del autor respecto al tema que se ha tomado a bien escribir, es interesante además de representativo de la época y del contexto en que lo escribe. Sus camino argumentativo nos lleva exactamente donde él quiere concluir, dando por sentado que ha descubierto lo que muchos autores antecesores y contemporáneos de su época no lograban. En lo personal yo estaría de acuerdo con sus planteamientos si no fuera porque este autor da por sentado que existen estadios de evolución en las sociedades, lo cual como futura antropóloga no comparto y por lo tanto me parece que toda la base en que se fundamenta se viene abajo.

La Rama Dorada: magia y religión

GEORGE FRAZER, JAMES

D. R. 1944 Fondo de Cultura Económica Av. de la Universidad 975, México 12, D. F.

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