viernes, 15 de octubre de 2010

Magia y Religion

El capítulo 9 del libro “Antropología estructural” de Levi Strauss se trata sobre la magia y religión. Levi Strauss comienza por hablar del hechicero y su magia y una de las primeras ideas que vierte es que con un solo ejercicio de observación no existe razones para dudar de la eficiencia de ciertas prácticas mágicas, y para el esta eficiencia tiene ciertas razones que el posteriormente aborda y ejemplifica. El dice que la eficacia de la magia implica la creencia en ella, además señala que ésta se presenta en tres aspectos complementarios: en primer lugar la creencia de hechicero en la eficacia de sus técnicas; después el enfermo que aquél cuida o de la víctima que persigue en el poder del hechicero y por último la confianza y las exigencias de la opinión colectiva que forman un campo de gravitación donde se definen y se sitúan las relaciones entre el brujo y aquellos que él hechiza. Para esto él pone diversos ejemplos de investigación de campo en Brasil, México entre otros; incluso se vale de documentos escritos como en el caso de un fragmento de autobiografía indígena que analiza ampliamente.

En si lo que Levi Strauss hace en este capítulo es explorar las hipótesis teóricas que serían necesarias formular para admitir que el modo de abreacción propio de cada shamán, puede inducir simbólicamente en el enfermo una abreacción de su propio trastorno. De esto y los ejemplos que aborda él señala que la relación esencial es la existente entre el shamán y el grupo, pero también dice que es importante plantear la cuestión desde el punto de vista de la relación entre pensamiento normal y pensamiento patológico. Al respecto de esto, Levi Strauss agrega que en toda perspectiva no científica, pensamiento patológico y pensamiento normal no se oponen, sino que se completan.

Al final él dice que el pensamiento normal exige a las cosas que le entreguen su sentido, y éstas se rehusan, y por el contrario el pensamiento patológico, desborda interpretaciones y resonancias afectivas, con las que está siempre dispuesto a sobrecargar una realidad que de otro modo resulta deficitaria. Él dice que para el uno existe lo no verificable experimentalmente y para el otro existen experiencias sin objeto, además que el pensamiento normal sufre siempre de un déficit de significado, mientras que el patológico dispone de una sobreabundancia de significante. Al final del análisis de los ejemplos que cita él señala que la colaboración colectiva en la cura shamanística establece un arbitraje entre estas dos situaciones complementarias; el pensamiento normal y el patológico. De ser su análisis exacto tal cual lo ha venido argumentando él dice que es necesario ver en las conductas mágicas la respuesta a una situación que se revela a la conciencia por medio de manifestaciones afectivas, pero cuya naturaleza profunda es intelectual.

En el capitulo 10 “la eficiencia simbólica”, Levi Strauss comienza hablando y refiriéndose a lo que él nombra el primer gran texto mágico-religioso conocido en el área de las culturas sudamericanas el cual habla de ciertos aspectos de la cura shamanística, y plantea problemas de interpretación teórica. El retoma el análisis de este escrito con el objeto de extraer algunas consecuencias e ideas generales del mismo. Según lo que él dice se trata de un largo encantamiento acerca de un viejo informante de su tribu por el indio cuna Guillermo Haya. Él toma este texto para relatar un poco el papel del shaman en esta tribu.

En síntesis lo que él señala y analiza de este texto se puede resumir en que el canto ofrece un modelo trivial; el enfermo sufre porque ha perdido su doble espiritual cuyo conjunto constituye su fuerza vital; el shamán emprende un viaje al mundo sobrenatural para arrebatar al espíritu maligno y restituirlo a su propietario para su curación. El interés de este texto dice Levi Strauss reside en el descubrimiento de que la «ruta de Muu» y la mansión de Muu, no son para el pensamiento indígena un itinerario y una morada míticos, sino que representan literalmente la vagina y el útero de la mujer embarazada, y que el shamán y los nuchu exploran y en cuyas profundidades libran su combate victorioso.

Por otra parte él dice que la mitología del shamán no corresponde a una realidad objetiva. El lo explica así, él dice que la enferma cree en esa realidad, y es miembro de una sociedad que también cree en ella; los espíritus protectores y los espíritus malignos, los monstruos sobrenaturales y los animales mágicos forman parte de un sistema coherente que funda la concepción indígena del universo, la enferma los acepta y no los pone en duda. La enferma lo que no acepta son dolores incoherentes y arbitrarios, los cuales constituyen un elemento extraño a su sistema, pero que gracias al mito el shamán va a colocar de nuevo en un conjunto donde todo tiene sustentación.

A manera de conclusión de este capítulo Levi Strauss dice que la cura shamanística parece ser un equivalente de la cura psicoanalítica, pero con una inversión de todos los términos. Además dice que ambas buscan provocar una experiencia, y ambas lo consiguen reconstruyendo un mito que el enfermo debe vivir o revivir, aunque en un caso se trata de un mito individual que el enfermo elabora con ayuda de elementos extraídos de su pasado; en el otro, de un mito social, que el enfermo recibe del exterior y que no corresponde a un estado personal antiguo. Al final el dice que para preparar la abreacción, que se convierte entonces en una «adreacción», el psicoanalista escucha, mientras que el shamán habla, y que del hecho de que el shamán no psicoanaliza a su enfermo puede concluirse que la búsqueda del tiempo perdido; considerado por algunos como la clave de la terapéutica psicoanalítica, es sólo una modalidad de un método más fundamental, que debe definirse sin tomar en cuenta el origen individual o colectivo del mito.

Levi Strauss, Claude
Antropología estructural
1° edición, 1987
2.° reimpresión , 1995 Barcelona
Capitulo “Magia y religión” pag 195-128

1 comentario:

Anónimo dijo...

Llegué a tu blog buscando luces para entender las conclusiones finales de Lévi-Strauss en el cap. 9 de "Antropología Estructural". Es decir, llego reconociendo que el antropólogo francés me sobrepasó.

A primera vista tu texto parece, en su coloquialidad, muy fácil de entender. Pensé que había encontrado el faro en las tinieblas. Sin embargo, bajo una relectura, no puedo dejar pasar (como intenté) algunos errores (para advertencia de futuros lectores incautos).

Reconozco que son meras banalidades. Pero creo que basta para poner en duda al futuro lector.

Por ejemplo, dices que el capítulo 9 se trata sobre "magia y religión". Pero "Magia y Religión" es el subtítulo que abarca los capítulos del 9 al 12. En rigor, el capítulo 9 no habla de religión. Es decir, ya desde el comienzo tu comentario es apresurado.

Otro ejemplo que demuestra que hay que desconfiar de tu lectura, es cuando sostienes que:

"él pone diversos ejemplos de investigación de campo en Brasil, México entre otros; incluso se vale de documentos escritos como en el caso de un fragmento de autobiografía indígena que analiza ampliamente"

Mentira. No pone "diversos ejemplos [...] entre otros"... sino que sólo pone 3 ejemplos. Es decir, estás exagerando la verdad, como recurso literario.

Más aún: hablas de Brasil, México, entre otros.

Mentira. No revisaste bien. No es México, sino que es Nuevo México. Es decir, Estados Unidos. Tu aseveración condenó a los indígenas zuni a una región desconocida.

Y hablas de "Brasil, México, entre otros"... Pero el "otro" no es otro que el mismo caso que mencionas después -pero ahora como si fuese otro caso-, la autobiografía de Quesalid, indígena kwakiutl.

Sostienes que lo analiza ampliamente. En rigor, Lévi-Strauss sólo cita esta autobiografía, editada y traducida por Franz Boas. Sólo en el parágrafo siguiente analizará un poco más, pero ni siquiera el caso de Quesalid, sino el del viejo shamán que le implora por sus secretos.

En fin, podría seguir.
Reitero que pensé en olvidarme del asunto. Pero por ética hacia futuros lectores, me di un tiempo para explicar que no se debe leer tu texto en serio.

Lo siento, no es nada personal.
Y quien sabe, quizás lo que escribiste sólo sean los apuntes de una clase de antropología, de un mal profesor.